Madera de Caoba:
La caoba americana fue importada a Europa desde el siglo XVI por
los españoles desde sus colonias, pero no fue hasta el siglo XVIII que comenzó
a ser la principal madera utilizada en la fabricación de muebles, gracias al
empuje dado por ebanistas de la talla de Chippendale, Hepplewhite y Sheraton.
En la actualidad, la caoba originaria de Cuba es escasa y, así, la
mayoría de las maderas americanas se conocen por su procedencia, distinguiendo
la de Brasil, Perú, Venezuela, etc.
El color de la caoba es el rosa claro aunque se oscurece con el tiempo, llegando
a ser de un color pardo rojizo, que varía entre muy oscuro y medio. La caoba de
Cuba, es oscura y pesada, mientras que la del continente es más ligera y más
clara. Es por lo general dura y compacta, de grano fino y apretado, con vetas
largas. La caoba americana se seca fácilmente, es estable, de fácil aserrar,
pulir y barnizar, con lo que obtiene un perfecto acabado.
La madera de caoba se utiliza para la realización
de la ebanistería de mejor calidad, para muebles de lujo, para reproducciones, así como para revestimientos.
Aparte de la caoba americana, a partir del siglo XIX empezó a comercializarse
la caoba africana y la asiática con el fin de complementar las remesas de
caoba. Esta variedad, de color rosado pálido variando hasta el pardo rojizo, es
ligera, manejable, permite también un buen acabado, aunque es poco resistente a
los ataques fúngicos.
Madera de Cerezo:
La madera de cerezo se encuentra en dos áreas bien delimitadas: por una
parte Europa y el Asia Menor, en donde se da el cerezo silvestre, y por otra el
este de Estados Unidos, con el cerezo negro americano.
Es en su origen de color
marrón rosado, aunque se va oscureciendo con el tiempo, tomando un color
rojo caoba. Tiene un veteado muy
fino que coincide con el poro del color pardo oscuro. Es una madera
delicada que debe ser bien secada ya que tiende a torcerse, así como a las
alteraciones en el exterior. Se sierra fácilmente y puede ser trabajada, tanto
manualmente como a máquina, dando un excelente acabado.
Vaporizada mejora sus cualidades.
La madera de cerezo es muy decorativa y se utiliza para la fabricación de
muebles, sobre todo en sillería, en ebanistería de lujo, en
revestimientos y para placas galvánicas.
El fresno crece en bosques de media altura de toda Europa y también se dan
especies muy similares en EE.UU y Japón.
Es de color blanco acremado ligeramente rosado o
agrisado. Los anillos de
crecimiento son muy diferenciados con vasos que formas estrías vetadas en
sección radial y onduladas en sección tangencial.
Es una madera de gran elasticidad y tenacidad, que se sierra y se trabaja a máquina
fácilmente, lográndose un buen acabado y pudiendo ser doblada al vapor sin
dificultad. Es perecedera e inadecuada para exteriores, a menos que sea
previamente tratada.
El fresno se utiliza
mayoritariamente en artículos curvos y su raíz es muy apreciada en
ebanistería.
Madera de Haya:
El haya es una madera que crece en toda Europa, aunque la más apreciada es la de las
montañas de Yugoslavia. Hay asimismo variedades de gran calidad en EE.UU.,
Japón y en Chile.
Es de un color blanquecino que pronto pasa a
rosado y a rojizo suaves si el haya es vaporizada. Presenta anillos bastante discernibles y radios
medulares que dan espejuelos rectangulares en sección radial y manchitas pardas
en sección tangencial. Típicamente, es de grano recto, de textura fina y
uniforme y de peso medio, aunque variable. El haya se seca pronto pero tiende a
torcerse y, una vez seca, sufre movimientos apreciables con los cambios de
humedad. Presente un buen acabado y se tornea my bien.
Es una madera usada para la realización de
muebles y, en especial, para los
elementos torneados de uso doméstico, como enseres de cocina, mangos de
herramientas y cepillos. Forma un entarimado doméstico muy duradero.
Madera de Roble:
El área de crecimiento del robles es muy extensa y se da en toda Europa, en
Asia, África septentrional y América del Norte. Los de más calidad son el
yugoslavo, el alemán y el norteamericano.
Se puede diferenciar entre el roble BLANCO, que
crece en Europa, Japón y EE.UU., de color
pardo amarillento y textura gruesa, y el robles ROJO, producido en las
zonas templadas del hemisferio norte, en especial en EE.UU. e Irán, de tinte
rosado.
La madera de roble blanco suele ser fuertes,
densa, dura y duradera, de manera que puede ser bastante difícil de trabajar. Esta última
característica es común al robles rojo, menos duradero. En la actualidad, la
madera de robles blanco se sigue utilizando en aquellos ambientes que sugieren
tradicionalidad, durabilidad y solidez.
Es una madera muy utilizada en
la fabricación de muebles y es empleada en ebanistería, en revestimentos
y en entarimados. Por su parte, el uso más común de la madera de roble rojo son
los interiores -revistementos, entarimados y muebles- y es poco recomendable su
uso en estructuras, carpintería o construcciones al exterior, pues es poco
duradera. Es de menor calidad que el roble blanco.
Madera de Cedro:
Madera de Pino:
La madera de pino (albura) tiene un color que varía desde el blanco
hasta el amarillo pálido o naranja claro. El duramen se diferencia bastante
bien, ya que tiene un color que varía del amarillo anaranjado al marrón rojizo
o marrón claro. Los anillos de crecimiento son visibles. La madera de verano
forma bandas muy oscuras y la transición entre la madera de primavera y verano
es muy brusca y perfilada con un contraste llamativo. Los radios leñosos son
muy finos, no visibles a simple vista, excepto cuando se incluyen en un canal
resinifero transversal, formando un veteado en la superficie.
La fibra es recta, aunque se define como frecuentemente entrelazada para el P. taeda. El grano es grueso o basto.
Presenta numerosos canales resiníferos, aunque en otras fuentes se cita que tiene pocos, y contiene numerosos taninos. Tiene un fuerte olor a resina que permanece después de que se seca la madera.
La fibra es recta, aunque se define como frecuentemente entrelazada para el P. taeda. El grano es grueso o basto.
Presenta numerosos canales resiníferos, aunque en otras fuentes se cita que tiene pocos, y contiene numerosos taninos. Tiene un fuerte olor a resina que permanece después de que se seca la madera.
El pino es una madera blanda y por ende, fácil de trabajar. No tiene apenas
poro.
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